25 de agosto de 2008

De ruta: Cuenca

Aprovechando el sabado sali sin pensarlo mucho, llene el deposito y me lancé a la carretera. A pesar de que llevaba la cadena bastante mal pues tengo que cambiarla ya por kilometraje decidi enfilar la Nacional III y probarla un poco. Pronto comprobe que la moto no estaba en las mejores condiciones pero mantenia bien los 100 km/h aun en subidas, si bien no andaba mucho más alla de los 11o km/h.
Si bien la ruta en solitario nunca es lo más recomendable, ofrece una experiencia de libertad que no la da el rodar en grupo.

Poco a poco fui acercandome a Tarancón, asi que por que no acercarme a visitar a ese amigo que no ves desde hace tiempo. Tomarse una cerveza siempre es una buena escusa, asi que tras coger el desvio a Cuenca, no tardé en definir el destino de mi ruta. "Torrejoncillo del rey".

Unos kilometros por carretera convencional tras Tarancón volvieron a llevarme a mi peculiar "Highway to Hell", la autovia a Cuenca es una delicia. No tarde en llegar a mi destino.


Llamé a mi amigo por telefono para darle una sorpresa pero no estaba en su pueblo, habia ido a Cuenca. No me importó rodar otros 40 km para reunirme con el y redescubrir que Cuenca es única.

El colorido de las casas anima la subida hacia el centro historico de la ciudad.


La catedral es una de las atracciones turisticas de visita obligada.
Por no hablar del mágico entorno de las casa colgadas.
El paisaje karstico de cañones y ajustados rios hacen de Cuenca un autentica fortaleza natural.
Para comer pregunta por el "mesón del comunista" que esta cerca de la calle carreteria y colón. Por 10 eurillos tienes un menu, 2 platos postre y bebida, aunque sea fin de semana, comida o cena, y en ese menu esta todo lo típico de Cuenca. Morteruelo, zarajos, migas y también platos más normales, siempre cocina casera.
Tras la charla, los recuerdos y las risas, queda la vuelta. Si volveis como yo al atardecer tendreis un implacable sol que os molestara bastante hasta que se oculte tras la lejana sierra de Guadarrama. Luego la oscuridad en la autovia te mantendrá tenso hasta que llegues a las luces de la ciudad, que engulle la noche y las almas de todos los que la habitan.
Han sido unos 350 km inolvidables!